sábado, octubre 05, 2013





Palabras al cierre
(con motivo de mi alejamiento involuntario de la Escuela de RRPP)




Debo confesar que este es un momento bien especial. Los RR.PP. que estamos precisamente celebrando nuestro día en esta semana, estamos acostumbrados más bien a promover, provocar acciones que desembocan en la entrega de premios y reconocimientos a nuestros jefes o a los personajes o empresas que asesoramos, por ende el anuncio de esta ceremonia me sorprendió mucho y así se lo manifesté a la Decana Politzer cuando me comunicó la decisión de esta ceremonia.

Agradezco a cada uno de quienes tuvieron esta iniciativa, creo es un gesto extremadamente generoso y delicado además de haberlo realizado en el marco de esta celebración.

Es muy cierto que el ser humano a lo largo de su vida necesita de hitos que marquen su evolución y desarrollo. Necesita del reconocimiento de su entorno para saber que va avanzando en su camino de crecimiento.
Este momento marca privilegiadamente un alto en mi camino, en mi desarrollo como persona y como profesional de las comunicaciones.
Es un momento de mucha alegría, pero que también llama a la serena y profunda reflexión de quienes somos.
El reconocimiento es tan importante porque nos permite vernos, conocernos en el otro. Ese otro que es motor, espejo, el eje primordial de la comunicación humana que ha marcado a fuego mi vida personal y profesional.

Vida que se fue tallando silenciosamente en el crisol de la experiencia del trabajo: en la empresa privada, la iglesia, el gobierno, organismos de desarrollo de la Mujer, siempre teniendo presente el bien común y lo social.

Tal vez fue toda esa experiencia la que me permitió llegar a la Universidad UNIACC, que me invitó a colaborar en la Escuela de RR.PP Corporativas y que ha sido por casi 14 años, en diferentes cargos, mi pasión del día a día entregada a la formación de nuevos profesionales, savia nueva que poblará nuestra sociedad del mañana.

El ejercicio de la docencia, en esta Casa de Estudios encontró un lugar para la expansión sin límites de la vocación de enseñar. Aprendí a amar infinitamente a los jóvenes y a descubrir sus mil formas de expresarse. Aquí supe de capacidades desconocidas en mí como la adaptación al cambio y la creatividad en nuevas funciones.

También he vivido grandes logros y he sentido el apoyo humano cálido y reconfortante en los momentos de grandes penas.

Creo con certeza que encontré en UNIACC un buen espacio de ser, hacer, realizar y disfrutar.

No puedo dejar de recordar a las personas con quienes integré equipo en estos años. De cada uno de ellos aprendí y gracias a ellos la Escuela ha llegado al día de hoy. Los tengo de verdad muy grabados en el corazón

La comunicación y el encuentro entre los seres humanos, ha sido el norte. Creo que el poder dialogar abiertamente enriquece la vida del ser humano y lo ayuda a crecer como persona, conocer el pensamiento diferente y aprender a aceptarlo.

El diálogo en la diversidad nos permite formar esa comunidad necesaria para la acción eficiente. Y eso es lo que buscan las RR.PP. de hoy, que han ido evolucionando de la celebración de efemérides, la organización de eventos y entrega de noticias a la prensa, hasta llegar a la conducción estratégica de las comunicaciones institucionales, transformándose en una poderosa herramienta de intervención social.

Deseo que en ese camino, progrese cada día la Escuela que por tantos años me acogió, que las RR.PP. que ejerzan chiquillos sean serias, estratégicas, profesionales y estén llenas de sentido, de proyección a la comunidad y de preocupación no sólo por el éxito de los negocios (que no se deben olvidar jamás),pero también por el bien estar de los otros, llámense éstos los trabajadores de la empresa o nuestros públicos objetivos, generando lazos comunes de entendimiento y trabajo en común.

No quisiera terminar sin recordar a mi padre y a Bartolomé que de seguro han de estar muy contentos compartiendo este momento. Agradecer a mi madre su presencia hoy y su compañía apoyo permanente. A mis hijos estudiantes de esta Universidad por ser lo maravillosos que son.

A todos Uds. Autoridades, invitados, amigos y mis queridos chiquillos, una vez más agradecer este reconocimiento que hace bien a mi alma y que profesionalmente me impulsa y desafía ante el enfrentamiento de un nuevo proyecto en el que seguiremos compartiendo la maravillosa tarea de construir Universidad.


Muchas gracias






25 años triunfo del NO


Trabajamos tantos, tanto tiempo. De manera silenciosa caminando el barro y el polvo de las poblaciones. Visitando sindicatos, reuniéndonos mil veces para conversar lo importante que es vivir en democracia. A veces con un tecito reconfortante, otras temerosa en lugares poco amigables, pero siempre acogida, escuchada.

Muchas veces fui con mi hijo Jose que entonces era pequeñito.Luego llegó Javi y ambos recibieron el cariño y los regaloneos de la gente sencilla, mientras hablábamos de rescatar con alegría y sin violencia, los valores de la democracia.

El momento llegó y a razón de mis hijos pequeños trabajé entonces  en el recuento telefónico de votos.  A esta hora nuestros cómputos decían que había ganado el NO.

Yo ya había sacado copas y botellas de champagne y brindamos todos juntos en el condominio. Los niños agitaban sus banderas chilenas y del NO que adornaban triciclos y bicicletas. Estábamos felices.

Más tarde cuando se reconoció oficialmente el triunfo, lloré de emoción por el trabajo realizado, por los horrores del pasado y por el futuro que se avecinaba diferente.
Mis hijos dormían tranquilos!